Al parecer, es fácil hacer negociaciones. Se trata simplemente de ponerse de acuerdo en obtener una situación en la que los participantes reconocen que han logrado lo que desean.
Para llegar a una buena negociación, es necesario conocer las siguientes variables:
1. El objetivo propio.
2. El objetivo de la otra parte. Errarlo representa trabajar para NADA.
3. La forma de AYUDAR significativamente a la otra parte a lograr su objetivo.
4. El canal de comunicación más adecuado para la situación actual.
5. Los obstáculos emocionales de la otra parte. Esto ayudará al argumentar comunicándose efectivamente.
Esto último es de lo más difícil, porque tal vez la otra parte no tenga la misma visión de beneficio que tú: podría tener algún complejo o no saber lo que desea. Para estos casos, recomendamos lo siguiente:
1. Determina sinceramente lo que estás dispuesto a ceder para lograr tu cometido, que la otra
parte podría desear. Así podrás negociar con mayor libertad.
2. Muestra a la otra parte, objetivamente (o, si se puede, con verdadera benevolencia) cuál es el
beneficio que obtendrá.
3. Comunica asertivamente. Esto es lo más difícil, porque requiere de mucha inteligencia
emocional y conocimiento de los medios y del lenguaje. Puedes ganarlo o perderlo todo.
Si no logras lo deseado, revisa tu procedimiento. Seguramente en algo te habrás equivocado. Las fallas de cualquier tipo en una negociación siempre son responsabilidad de quien la inicia.
Ganar-ganar significa lograr que todos ganen, si uno o ninguno gana, la negociación habrá fracasado.
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